La Marcha de la Gorra surge en Córdoba y se multiplica en distintas ciudades del país, es una iniciativa en la que jóvenes de sectores populares, trabajadoras sexuales, cartoneros/as, vendedores/as ambulantes y otros/as actores/as se apoderan de los centros urbanos con sus reclamos. "Somos el sector de la sociedad estigmatizado, somos el enemigo que intentan construir", dijo mientras leía el documento oficial de la marcha Jorgelina Caruso, organizadora e integrante de Atrapamuros, una organización que trabaja hace una década en más de diez cárceles de la región.
A esta edición también se sumaron los reclamos contra el Código Contravencional del intendente Julio Garro. Leandro Amoretti, referente de Patria Grande, dijo que "este nuevo código busca controlar nuestro uso de la ciudad privilegiando a los negocios privados y aumentando el control represivo sobre los y las más pobres, que son quienes más necesitan del espacio público para vivir y trabajar". "Ni bien asumieron lo primero que hicieron fue el código antipiquete. El código de convivencia urbana es la continuidad de esto. Este código atrasa 150 años" agregó en el acto el referente en Derechos Humanos en la ciudad, Aníbal Hnatiuk.
La marcha recorrió las calles céntricas de la ciudad y culminó en un festival con bandas, murgas y bailes, con el cierre de la banda de rap Mi cara, mi ropa y mi barrio no son delito y Cachitas now. "Hoy también marchamos para mostrarle a la sociedad que lxs pibxs no son peligrosxs, están en peligro", culminan en la lectura del documento.