Mundo Antiguo revela, a la luz de nuevos hallazgos, lo que hay de antiguo en muchas ideas de nuestro tiempo, recorriendo imaginariamente las calles y costumbres, comidas y pasatiempos de romanos, griegos, persas y chinos

| Edición N° 5152

Buenos Aires, Argentina

22-05-2018 | LIBROS


Mundo Antiguo revela, a la luz de nuevos hallazgos, lo que hay de antiguo en muchas ideas de nuestro tiempo, recorriendo imaginariamente las calles y costumbres, comidas y pasatiempos de romanos, griegos, persas y chinos

Nuevo integrante de la colección que nos introdujo en la política con la obra de Runciman y que acercó lo más elevado de las artes plásticas a nuestros hogares con El arte en la historia, Mundo Antiguo nos explica ahora, con igual frescura, que el pasado no siempre es pomposo y que revisarlo en sus «trivialidades» puede ser entretenido e iluminador.


En los manuales tradicionales las civilizaciones antiguas llegan a través de sus grandes episodios: conflictos bélicos y reformas, solemnidades artísticas o arquitectónicas. Pero Toner sabe bien que la realidad de la vida cotidiana es otra cosa y decidió consagrar un libro a una «arqueología de la periferia histórica» desplegando un análisis nutrido de datos alternativos; no se ocupa de los césares, sino de las prosaicas civilizaciones de olores irrespirables, calles peligrosas y pintadas en sus muros. Y con esa perspectiva se aproxima a los romanos, persas y chinos, describiendo incluso las relaciones que existieron entre ellos.

¿Eran los ricos de la Antigüedad proporcionalmente más acaudalados que los de ahora? ¿Cuáles eran los trabajos habituales? ¿A qué se dedicaban en su tiempo libre? ¿En qué consistían las inquietudes del ciudadano de a pie? ¿Se estresaban? Y, tal vez más incisivo e interesante: ¿somos nosotros capaces de percibir ese mundo antiguo en nuestra propia vida cotidiana? Porque Jerry Toner ha escrito para sembrar luz al respecto: somos una extensión de lo que fuimos y «estudiar el mundo antiguo […] nos permite ser conscientes del sesgo de nuestra propia mirada».

Fresco e inteligente, divertido y riguroso, son muchas sus virtudes y múltiples las razones por las que conviene sentarse a leerlo, pero tal vez la más trascendente sea lo sorprendentemente entretenido que resulta, genuino ejemplo de divulgación informativa poblado de datos que ponen el mundo antiguo patas arriba.