Esta fiesta tiene sus raíces en la cultura boliviana y en las tradiciones del norte argentino. Los festejos se inician con el ritual de "desentierro del diablo" y continúa con ritos alusivos, danza y cantos típicos, feria, y baile popular. Otro de los atractivos principales es la oferta gastronómica, junto con la elección de la reina en un marco de alegría y mucho color. "Es un espacio propicio para el encuentro de una comunidad importante y numerosa de nuestra región, y para que cada vez más gente conozca sus costumbres y tradiciones", destacó.
"Esta fiesta es un gran ejemplo de una Mar del Plata que celebra la diversidad cultural y respeta las tradiciones de las distintas comunidades que la eligieron y en la que pueden mantener vivas sus raíces más profundas", resaltó.
"La ciudad es con todos, y para todos, por eso es tan importante acompañar a todas las expresiones típicas de las distintas comunidades. Queremos una ciudad cada vez más diversa y abierta a todas las culturas", finalizó el legislador.