Por Gabriel Bruera
La nota fue de las peores de la historia y debemos encontrar una rápida respuesta para dar vuelta esa situación en noviembre.
Estamos convencidos que el problema es más de corte político que de cualquier otro motivo.
Todos los motivos inciden pero el más desequilibrante es el político.
En muchas áreas de gobierno no se sabe cuál es el objetivo que persiguen los funcionarios y no está clara la política del gobierno.
Más allá de los grandes lineamientos económicos se percibe a tiburones que devoran cargos sin el más mínimo compromiso, idoneidad y en el anonimato más desconcertante.
Se sufre una burocracia infinita escondida detrás de una virtualidad que desaparece derechos y discursos altisonantes de un progresismo disociado de la realidad.
Nos comunica un Gobierno con lenguaje propio, pretendidamente inclusivo, pero que excluye a las masas de las más elementales necesidades.
La ineficacia y la falta de atención personal son dos componentes alarmantes que hizo retroceder la atención del estado en cuestiones básicas.
Muchos pibes y pibas que fueron asaltados por la inseguridad cuando quieren recuperar su DNI le dan turno en cinco meses, todo en un contexto de bajísima escolaridad y nulas oportunidades laborales.
Asistimos a una guerra de vanidades sin compromiso ni sustento, sin barro, sin overol, sin tinta, ni martillo, sin obra ni escuela.
¿Alguien cree que el pueblo va a respaldar la dádiva ? La puede agradecer pero difícilmente sea el motivo del voto.
Convivimos hasta aquí con patotas de funcionarios elegantes y perfumadas, muy guapos con los de adentro pero muy cagones con los de afuera.
¿Puede ser que Milagro siga en cana a dos años de gobierno popular?
¿Puede ser que Conte Grand siga siendo el Procurador de la Corte en la Provincia ?
Lamentablemente los ejemplos sobran y no seguiremos mencionando más.
En cuanto a las elecciones hay candidatos que entienden que hablarle al voto independiente es hacer campaña en Starbucks o grandes centros comerciales, pero nosotros tenemos que hablarle al independiente de la carpintería, el taller, la herrería, los emprendedores y a los que más fueron golpeados por las dos pandemias.
No tenemos que mudarnos de clase y representación para hablarle al público que no tiene adhesión partidaria y se mueve de acuerdo a sus expectativas.
Ahí está la campaña para noviembre.
con funcionarios sin síndrome de padre borracho, esos que pegan en su casa pero arrugan en el bar.
Hay un cambio de gabinete para salir de esta burbuja, dejar los espejos y el confort de la virtualidad pero se necesita una política clara de recuperación de derechos sociales.
Es muy contradictorio dar prioridad a los derechos individuales sino se garantizan los sociales.
Son muchos los electores que quieren acompañar al gobierno si se retoman señales claras. Nadie pide milagros, pero tampoco se festejan herejías en medio de los problemas.
Estamos a tiempo de orientar la política a la esencia por la que fue elegido el Frente de Todos y el cambio de gabinete es un primer paso.