Sostiene que este grupo ultraortodoxo opera como guía espiritual del mandatario argentino, y denuncia una serie de acciones gubernamentales que, según ella, responden a esa influencia, como el respaldo explícito a Israel en el conflicto con Palestina, subsidios especiales a ciudadanos israelíes y la decisión de mudar la embajada argentina a Jerusalén.
Vergara cuestiona que se haya firmado un memorándum entre Argentina e Israel con escasa difusión mediática, que incluye temas educativos vinculados al Holocausto, y alerta sobre una posible manipulación ideológica a través del sistema educativo. También critica el uso del concepto de “antisemitismo” para silenciar críticas hacia el gobierno israelí y advierte sobre los riesgos diplomáticos que este alineamiento podría generar para Argentina.
A su vez, plantea sospechas sobre la utilización de prácticas espiritistas vinculadas al espiritismo y la cábala dentro del entorno presidencial, asociándolas a un proyecto mesiánico que, según la periodista , ubicaría a Milei como figura simbólica o redentora para los intereses de este grupo.
Vergara también alerta sobre la aprobación de decretos recientes (como el 383) que, según ella, habilitan un endurecimiento del control estatal y pueden vulnerar libertades civiles, sugiriendo que podrían estar relacionados con los compromisos firmados con Israel.
Finalmente, plantea la hipótesis de que se esté preparando el territorio argentino en particular la Patagonia como potencial refugio para miembros del gobierno israelí, especialmente en caso de futuras causas judiciales por violaciones a los derechos humanos.