“La apertura de importaciones deja a 15.000 hogares al borde del despido. Las empresas se ven obligadas a recortar e importar para sostener la competitividad y 15.000 familias están en riesgo de perder sus ingresos de un día para otro.”, expresó Gray.
En esa línea, sostuvo que la liberalización del mercado externo “impacta de manera directa en la producción nacional”, especialmente en industrias que compiten con productos importados más baratos. Según el intendente, esta dinámica empuja a las compañías a reemplazar parte de su fabricación local por insumos o productos del exterior, lo que se traduce en reducción de personal y suspensión de trabajadores.
“Ante la apertura indiscriminada, esta es la consecuencia directa. Cuando se reemplaza producción nacional por importación, los despidos no son un accidente: son el plan”, afirmó.
Gray viene manteniendo reuniones con empresarios y sindicatos del distrito para evaluar la situación y coordinar acciones que permitan “evitar una crisis social de gran magnitud”. También reclamó al Gobierno nacional que revise su política comercial y adopte medidas de protección para los sectores productivos locales.
Mientras tanto, cámaras industriales y representantes gremiales de la región siguen expresando inquietud por la caída de la demanda interna y el ingreso de productos importados que, aseguran, ponen en riesgo la continuidad de cientos de pymes.
